Técnica de los roles creativos para fomentar la creatividad infantil

¿Y si para resolver un reto creativo nos convirtiéramos por un rato en un soñador sin límites, un constructor con los pies en la tierra o un crítico que detecta fallos con lupa? La técnica de los roles creativos, inspirada en figuras como Walt Disney y Edward de Bono, propone exactamente eso: pensar desde diferentes personajes para imaginar mejor, construir mejor y trabajar en equipo desde la empatía.

En Auténtikids®, hemos adaptado esta dinámica para niños y niñas a partir de 3 años, creando una versión sencilla, teatral y muy divertida… que además tiene grandes beneficios para el desarrollo del pensamiento creativo y colaborativo.

¿En qué consiste la técnica de los roles creativos?

Esta técnica parte de la idea de que no siempre pensamos igual: a veces somos soñadores, otras veces necesitamos ser realistas y otras es útil ver qué podría fallar. Si trabajamos estos distintos roles de forma consciente, cada uno puede aportar algo valioso al proceso creativo, tal y como ocurría con los 6 sombreros para pensar o con la técnica SCAMPER. Para que los roles sean fácilmente comprensibles en la infancia, los hemos simplificado. De este modo, pueden representarse con marionetas, máscaras o simplemente con voz y actitud. Los protagonistas son:

  • El soñador (¡Imagina cualquier cosa sin límites!). Para este perfil, todo es posible. Con él nacen las ideas locas, las soluciones brillantes y las preguntas absurdas que abren caminos nuevos.
  • El constructor (¿Cómo lo haríamos realidad?). Se encarga de bajar las ideas a la tierra. Organiza, propone pasos, plantea recursos o materiales.
  • El detector (¿Qué habría que mejorar?). Su misión es observar con lupa, detectar obstáculos y anticipar dificultades, pero sin juzgar.
  • El ayudante (¿Quién nos podría echar una mano?). Piensa en alianzas, recursos, apoyo mutuo. Favorece la colaboración y la empatía.

¿Por qué funciona para fomentar la creatividad?

Esta técnica activa el pensamiento lateral, mejora la colaboración y enseña a los niños y niñas a:

  • Aceptar múltiples perspectivas sin que una idea invalide a otra.
  • Expresar con libertad ideas propias, sabiendo que luego pueden matizarse o transformarse.
  • Pasar de la imaginación a la acción, conectando creatividad con ejecución.
  • Trabajar en grupo sin competir, valorando lo que cada rol aporta.

Y lo más importante: transforma la resolución de problemas en una experiencia lúdica, teatral y emocionalmente segura.

¿Cómo aplicar esta técnica según la edad?

De 3 a 6 años: pensar con personajes

A estas edades, la mejor forma de aplicar esta técnica es mediante el juego simbólico y la dramatización. Para ello, puedes crear máscaras o títeres para cada personaje (el soñador con estrellas, el constructor con herramientas de cartón, el detector con lupa…). Cuando los tengas, cuenta una historia y lanza un reto (ej. “Se ha perdido el sol. ¿Qué podemos hacer?”). Después, cada personaje tiene que decir cuál es su propuesta (Ej. El soñador: “¡Pintamos un sol gigante en el cielo con pinceles mágicos!”, El constructor: “Podemos usar una linterna y papel amarillo.”, El detector: “¿Y si se apaga la linterna?”, El ayudante: “Mi mamá tiene linternas. ¿Le pedimos una?”).

De 6 a 9 años: pensar con voz propia

A esta edad pueden adoptar roles de forma más autónoma, alternando entre ellos en una misma sesión. Por ejemplo, puedes plantear un reto del tipo “Queremos organizar un festival de cuentos en clase” para que cada niño o niña participe de acuerdo con el rol que ha adquirido. Ej. El soñador: “¡Con fuegos artificiales, disfraces y cuentos inventados por nosotros!”, El constructor: “Podemos hacerlo el viernes, usar la biblioteca y decorar con carteles”, El detector: “¿Y si no nos da tiempo? ¿Tenemos materiales?”, El ayudante: “Los profes nos pueden ayudar a ensayar los cuentos”. Puede ser divertido cambiar de rol cada 5 minutos para ver cómo cambian su forma de pensar y de expresarse.

De 9 a 12 años: roles creativos en acción

Con los más mayores, puedes usar esta técnica para trabajar proyectos más complejos o reales. Ej. “Queremos mejorar el recreo del cole”. Deja que cada personaje aporte sus ideas y haz un mapa mental con ellas. Ej. Soñador: “Un rincón de lectura flotante y un columpio musical”, Constructor: “Podemos usar una alfombra y cajas grandes con cojines”, Detector: “¿Y si llueve? ¿Y si se rompe?”, Ayudante: “¿Lo proponemos al consejo escolar?”.

En esta franja de edad también puede ser interesante pedirles que escriban una historia donde cada capítulo lo protagonice uno de los cuatro personajes.

La técnica de los roles creativos no solo fomenta la creatividad: enseña a pensar en grupo, a cuestionar sin miedo, a construir con otros y a imaginar con libertad. Cuando un niño o niña puede ser soñador, realista, crítico y colaborador… ¡se convierte en un verdadero innovador!

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